Corazón Porteño | Diario Buenos Aires

Ocho cortometrajes compiten en la sección Latinoamericana.
Ellos son:

EL CONTRAMAESTRE, DE ALEJANDRO PEREZ (CUBA)
“El barco se hundió y aquí estoy en esta isla”, dice Carlos al comienzo. Nadie fue a rescatarlo. “Soy un náufrago de por vida”, Él vive aislado en el interior de las montañas de la Sierra Maestra en Cuba, después de una vida entera de trabajo en alta mar. Su día a día transcurre entre los recuerdos de otros tiempos, el trabajo en el campo y sus animales, los únicos compañeros de viaje de este náufrago en tierra.

EL HILO, DE PABLO POLANCO Y PIETRO BULGARELLI (CHILE)
Una anciana ciega enhebra un hilo infinito mientras su casa flota en el mar. A veces, le pide a su dios despertarse del sueño de estar viva.
Esta historia, filmada en blanco negro y en Super 8, nace luego de hacer un viaje a Chiloé, ubicada en la región de Los Lagos, en Chile. Allí, conocen a esta mujer que les relata cómo enhebra la lana mientras espera morir cuando esté durmiendo y le ruega a Dios que no la haga sufrir. “Ojalá que del sueño, pasara de largo”, pide.

MACANAO, DE CLARISSA DUQUE (VENEZUELA)
Una mesa servida para tres donde solo desayunan dos. Un padre que se refugia en el trabajo y una hija que se inventa leyendas marinas para enfrentar el duelo por su madre. En una isla solitaria, Aymará, una niña de cinco años, y su padre, un humilde carpintero que restaura barcos viejos, se acompañan por el solitario camino de aceptar la pérdida de un ser querido. Pero Aymará decide tomar su propio camino.
Macanao es el lugar donde ocurre la historia. Dos situaciones son las que marcan este corto. Por un lado, la ausencia de la madre y por el otro, un padre que no sabe cómo llevar una casa adelante, ante la falta de su mujer. Y entre esas dos realidades, una niña, con una fantasía que la puede llevar a algo tan peligroso como la muerte.

PLAYA, DE FRANCISCO BORRAJO (MÉXICO)
Playa es una síntesis de conversaciones en Super 8 y Super 35mm que narra de una forma experimental la relación de una pareja de 21 años hasta su separación. Reflexión sobre cómo decidimos construir nuestras propias memorias, testimonio de una generación que vive creando memorias para compartir y que siente nostalgia por recuerdos que adaptan incluso de otras generaciones. Este cortometraje está pensado como un recuerdo o un sueño, que cualquiera podría incorporar a su propia memoria.
“El material es de cinco años, mientras estudiaba cine. El texto se escribió
tomando ideas de diferentes lados”, comentó su director.

SOB O VÈU DA VIDA OCEÂNICA, DE QUICO MEIRELLES (BRASIL)
Como dice la sinopsis, este corto está dedicado al humano que se queja
del tiempo y la muerte, del amor y la existencia. Allí, la vida de los seres es mucho peor que la del hombre, ya que dura sólo seis minutos.
Este cortometraje de animación realizado por Quico Meirelles, hijo de Fernando, dura apenas tres minutos más que la vida del protagonista.
Gastrotrichia va a ver a su analista sabiendo que cada segundo que pasa hace que su vida se acorte rápidamente. No quiere desperdiciar su corta vida. Hasta que se enamora y comienza un romance con Sarita. Pasean y disfrutan sus minutos hasta que ella queda embarazada. Pero el nacimiento ocurrirá segundos después de que Gastrotichia deje de existir y él hará lo posible para que su vida dure un poco más. Sobre el final, va la conclusión si es mejor vivir poco o mucho tiempo.

TONALIDADES, DE ALEJANDRO SMALL (PERÚ)
Un hombre pinta. Inmerso en su trabajo, el ambiente que lo rodea evoca imágenes de las que no se puede desligar.
El cortometraje registra un día de trabajo del artista Gus Gracey. Dos son las visiones que se aprecian: la del pintor con su trabajo y como esas imágenes son transformadas por una historia paralela, a través de los intertítulos y los sonidos y cómo una afecta a la otra.

DUELO, DE ALEJANDRO ALONSO (CUBA)
Yoán se encuentra atormentado por sus pesadillas. La angustia por la ausencia de su padre y las visiones de espíritus que lo asedian de noche le impiden conciliar el sueño.
Ubicado en las montañas de Sierra Maestra en Cuba, el protagonista no puede descansar. Su lucha es contra los mismos demonios que en algún momento, de manera invisible, acosaban a su madre. Ahora, con 17 años, el joven ha aprendido a vivir la vida como una gran batalla.

CERULIA, DE SOFÍA CARRILLO (MÉXICO)
Cerulia inicia un viaje para despedirse de la casa de sus abuelos, pero los recuerdos y la presencia de ellos no le harán fácil la partir.
Ya grande, Cerulia debe desprenderse de la casa que alguna vez compartió, de niña, con su amiga imaginaria. Los recuerdos no sólo la llevan a esos años, sino que la reencuentran con su “amiga” y sus juguetes. Ellos le mostrarán que sus abuelos aún permanecen en la casa y ella se verá inmersa en un estado de conmoción ante esta situación que la obligará a tomar una decisión.

Desde Mar del Plata
Mercedes Benítez
mercedesbenitez@diariobuenosaires.com.ar