Corazón Porteño | Diario Buenos Aires

EL FILME DOCUMENTAL "MARIPOSAS NEGRAS", DE LA REALIZADORA LORENA RIPOSATI Y QUE ABORDA LA COMPLICADA SITUACIÓN DE VECINOS DE EZPELETA Y BERAZATEGUI QUE VIVEN EN CERCANÍAS DE DOS SUBESTACIONES ELÉCTRICAS DE EDESUR Y PADECEN LOS PERJUICIOS DE LA CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA, SE ESTRENÓ ESTE JUEVES Y PERMANECERÁ DOS SEMANAS EN CARTEL EN EL CINE GAUMONT.

La película, que comenzó su desarrollo en 2012, aborda la lucha de los vecinos de Berazategui para impedir la instalación de la subestación de transformación eléctrica Rigolleau.

Y también lo que padecen los vecinos de Ezpeleta que viven en las cercanías de la subestación eléctrica Sobral, que registran casos alarmantes de cáncer y otro tipo de enfermedades a partir de los campos electromagnéticos que genera la subestación transformadora de energía y los cables de alta y media tensión que llegan y salen del lugar.

Los estudios médicos sobre la situación de los vecinos de Ezpeleta fueron realizados por investigadores de la Universidad Nacional de La Plata, mientras que en el filme otro investigador mide el nivel de radiación electromagnética en las calles aledañas a Sobral y constata los elevadísimos valores.

Según distintos estudios científicos internacionales un valor superior a 0.3 microteslas duplica el riesgo de padecimiento de leucemia y en las calles aledañas a Sobral el valor varía entre 2,4 y 5,5 microteslas (unidad de medición de la radiación electromágnética).

"En el caso de Berazategui -cuenta Riposati- la subestación Rigolleau (establecida en un predio cedido por la famosa cristalería) comenzó a funcionar en 2014 después de 8 años de lucha y resistencia de los vecinos a su instalación".

"En el momento en que yo empiezo a filmar -agrega- el barrio lindante a la subestación estaba sitiado por la policía y la gendarmería, había varias manzanas valladas y cerradas y solo podían ingresar en la zona los vecinos que vivían allí mostrando los documentos".

Riposati, que anteriormente hizo los filmes "Yaipota ñande igûi: queremos nuestra tierra", sobre la lucha de la comunidad guaraní del Tabacal por recuperar sus tierras ancestrales en Yrigoyen, Salta, y "Mosconi" en 2011 que documenta las consecuencias de la privatización de YPF en ese pueblo salteño, destaca que la de la contaminación electromagnética es una problemática desconocida.

"Es una problemática que la mayoría de la gente desconoce, nadie sabe que alrededor de las subestaciones instaladas en lugares poblados hay altos niveles de contaminación electromagnética que duplican la posibilidad de contraer distintos tipos de cáncer como leucemia infantil, cánceres terminales o problemas en el sistema nervioso central", detalla.

"Lo que los vecinos piden es el traslado y lo hacen desde la defensa de la vida y el riesgo de ellos y sus hijos de contraer enfermedades mortales, no están en contra del desarrollo ni de la energía sino del riesgo que sufren por la falta de medidas anticontaminantes", destacó la realizadora.

Riposati detalló que un elemento central del filme fue el de los niños. "Ellos son los más afectados y si no se soluciona el problema son los que de alguna manera van a tener que salir a luchar mañana".

Producto de la problemática de los barrios cercanos a este tipo de subestaciones eléctricas y la lucha de los vecinos, el filme cuenta que en 2014 se conformó la Red de Barrios Irradiados, con gente del Gran Buenos Aires, Jujuy y Córdoba, entre otros lugares, que organizaron el Primer Encuentro (este año se hizo el segundo) de Barrios Irradiados en Villa Carlos Paz.

"Los vecinos siguen reclamando y siguen luchando, ahora elaboraron un proyecto de ley sanitaria que contemple el cumplimiento de estándares sanitarios en la radiación electromagnética y que obligaría a la adecuación o traslado de estas subestaciones", cuenta Riposati.

Otra de las cuestiones que aborda el filme es el de las luchas y la organización vecinal, en este sentido Riposati señala que "se ve en la película que no es fácil desarrollar luchas que por ahí se extienden a lo largo de 10 años, que hay desgaste, que la cuestión cotidiana a veces conspira pero también se ve que los vecinos no se dan por vencidos y que continúan con sus reclamos sea desde la calle o por medios institucionales o legales".

"Me interesa el cine como herramienta para la transformación social y como generadora de sentido, me interesa reflejar a la gente y sus comunidades en lucha", concluye la realizadora.