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Absolvieron a los tres imputados en la causa de Atahualpa Martínez Vinaya
Por El Zumbido - Friday, Oct. 24, 2014 at 11:28 PM

24/10/2014.- “Atahualpa fue muerto por una bala y ahora muerto por la impunidad, dos veces asesinado, una vez enterramos su cuerpo y ahora enterramos 6 años de búsqueda de la verdad”, señalaron las y los integrantes de la Comisión Atahualpa, que acompañaron a la familia del joven asesinado en 2008, en Viedma.

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Este jueves, al concluir el juicio por el asesinato de Atahualpa Martínez Vinaya ocurrido el 15 de junio del 2008, la justicia decidió absolver a todos los imputados. Según los jueces a cargo del proceso – Juan Bernardi, Eduardo Roumec y Rolando Gaitán-, el hecho no fue probado, desestimando todos los elementos que involucran a Belén Barrientos, Carlos Morales Toledo y Felipe Carrasco en el crimen.

“El fallo de hoy ha dejado un disparo más en la memoria de Atahualpa y en nuestros cuerpos”, señalaron desde la Comisión Atahualpa. “Todo lo actuado por la fiscal Daniela Zagari, el juez Juan Carlos Reussi, y todos los que fueron parte de la etapa de instrucción en estos 6 años, ha sido una mentira. Quisieron cerrar esta causa con tres detenidos y un juicio, que de no ser porque Julieta Vinaya hizo un cambio de abogado, hubiera terminado quizás en la imputación de estos detenidos a partir de una acusación pobre e insolvente y en la opinión pública se hubiera cerrado el tema, aparentando una resolución concreta”.

Denunciaron que la justicia es responsable de la impunidad que padecen “no por el fallo que deja libres a tres personas que evidentemente saben y/o conocen datos e información que no terminan de decir, sino porque maltrató pruebas, omitió testigos y nos llevó a creer que en este juicio sabríamos la verdad”.

“Frente a los hechos, este era el ´mejor´ fallo que podíamos obtener, porque legitima lo que planteamos: todo estuvo intencionalmente mal hecho, no se puede condenar a prisión a estas tres personas porque las pruebas son insuficientes”, remarcaron y dijeron que insistirán en la creación de una Comisión Investigadora para la legislatura de Río Negro, pedido que se realizó en el mes de marzo.

Atahualpa Martínez Vinaya tenía 19 años cuando lo mataron, en Viedma, la madrugada del 15 de junio del 2008. Lo sacaron de un boliche, le dispararon por la espalda y arrojaron su cuerpo a 5 kilómetros del lugar. En la única puerta del lugar había dos patovicas y dos policías rionegrinos. Los cuatro dijeron no haberlo visto salir: un joven de 1,80 de estatura y 100 kg de peso no pasa fácilmente desapercibido a la vista.

Quería ir a Cuba a estudiar medicina. Había tomado un terreno para su hermana, para que tuviera donde vivir con su hijo. Vendía ropa en la feria de local junto a su mamá, Julieta –inmensa luchadora-, y participaba de los encuentros para jóvenes que organizaba el Consejo Asesor Indígena para revalorizar su identidad. Jugaba al fútbol los domingos. Iba a bailar. Carneaba vacas y hacía asado. Cada verano, si no se llevaba materias, viajaba a Yaminué –Bolivia- a rencontrarse con parte de su historia. En su último viaje, en 2008, saludó a cada uno de los y las 92 pobladores de ese lugar, diciéndoles que pasarían al menos seis años sin verse porque estaba tramitando su beca para irse a estudiar a Cuba. Pasaron seis años y no volvió, pero tampoco está terminando su carrera.

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