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TEATRO
: 16/9/2014
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"Almas ardientes": el vacío de las vidas 16.09.2014 Por: Pedro Fernández Mouján Nueve mujeres y un ángel-masajista suben a escena de miércoles a domingos en la sala Casacuberta del Teatro San Martín para dar vida a una interesante y por momentos notable puesta escrita por Santiago Loza y dirigida por Alejandro Tantanián.
Un privilegiado elenco de actrices, donde destacan la gestualidad corporal y vocal de Analía Couceyro, la cándida delicadeza de Paula Kohan, la poética actoral de María Onetto y la solidez de Maricel Alvarez, en un trabajo colectivo sin fisuras, dan vida a un remilgado conjunto de vidas vacías, acosadas por la verborragia de sus voces interiores y un exterior que se impone como amenazante.
ampliar La acción transcurre en imaginados interiores o jardines junto a piscinas de amplias casas de familias chic de Pilar en el momento en que las mujeres quedan solas, ya sea porque los maridos están trabajando o los chicos en la universidad o la escuela y entonces se despiertan las voces interiores del vacío, la percepción de las insatisfacciones, la danza fantasmal de deseos eróticos que despierta un masajista, las angustias del miedo y el tedio de la repetición.
Todo esto en momentos en que el exterior se ha vuelto tumultuoso y amenazante, ya que la obra se cuenta bajo el fondo omnipresente del 19 de diciembre de 2001 y sus días precedentes, donde a la angustia de estas mujeres por sus vidas percibidas como huecas se une el aterrador mundo externo de bandas que se mueven o podrían moverse sin ley, con posibilidades de invadir el paraíso de confort frío que habitan en un caluroso verano.
Armada como en fragmentos, con una fuerte (notable especialidad de Loza) vocación por el monólogo, en el cual se funden a veces dos o tres voces, "Almas ardientes" da la impresión, en su delicada ingeniería y su manejo de los tiempos escénicos, haber ido madurando en conjunto tanto por el autor como por el director.
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