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TANGO
: 17/8/2014
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El fueye de Walter Ríos rindió su homenaje a Aníbal Troilo
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Mundial de Tango La figura de Aníbal Troilo -en el año de su centenario- tuvo su homenaje en el Festival y Mundial de Tango de Buenos Aires y, con el fueye de Walter Ríos como bastonero, consiguió trascender la obviedad de un encuentro marcado por una obligación del calendario.
Ríos, que ha puesto su bandoneón al servicio de diferentes estéticas, reivindicó anoche en la Usina del Arte un repertorio troileano que hace tiempo forma parte de programa, acompañado por músicos invitados perfectamente ensablados a su arreglos o los del propio "Pichuco", según el caso.
Si bien en la noche predomimó el esquema de dúos, con énfasis a la combinación tímbrica del bandoneón con las cuerdas, los vientos o el piano, la apertura estuvo reservada a un solo de bandoneón.
Con "La cantina", aquel tango de Troilo y Cátulo Castillo, Ríos exploró en soledad la acústica de una sala habitualmente capitalizada por formaciones orquestales.
Aunque la obra forma parte del derrotero histórico del artista, su presentación para solo de bandoneón es una grata novedad de su repertorio.
Luego se abrió paso a la sucesión de invitados. El "Mono" Rubén Izaurralde, flautista y cantante de la orquesta Los Amigos de Chango, se sumó para interpretar el emblemático "María".
El bandoneón y la flauta se fueron relevando en forma progresiva de las funciones armónica y melódica, en un acuerdo de préstamos y concesiones musicales, que luego de una introducción completa -a la vieja escuela- desembocó en el canto particular de Izaurralde.
Prosiguió un momento de alta intensidad con la aparición de Pablo Motta para una pulida versión de "Contrabajeando", composición de Troilo y Piazzolla, del tiempo que en Astor era arreglador de la orquesta de "Pichuco".
Bien mirado (u oído), el pentagrama revela -sin necesidad de exhumaciones rigurosas- los compases que llevan el sello de cada uno de estos dos autores que, a su modo, cambiaron el tango para siempre.
Luego el cantor Jesús Hidalgo se sumó para entonar una versión de "Desencuentro" y el violín de Esteban Prentki coloreó "Una canción", del costado más romántico de Troilo.
"La última curda", con la cantante Mariel Dupetit; "Toda mi vida", con el piano de Cristián Zárate y "Responso", con la formación de quinteto, completaron el programa sin perjuicio de una suerte de bis, "Sur" mediante, para que entonara el público.
El Festival y Mundial de Tango de Buenos Aires se extenderá, en múltiples sedes porteñas, hasta el martes 26. Los espectáculos son con ingreso gratuito. Imprimir
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