Corazón Porteño | Diario Buenos Aires

Según un nuevo estudio de la Northwestern Medicine y la University of Illinois at Chicago (UIC), los hombres con riesgo de sufrir cáncer de próstata pueden ser diagnosticados con una forma agresiva de la enfermedad si presentan carencia de vitamina D. Para esta investigación, los científicos examinaron los datos recogidos de un grupo diverso de más de 600 hombres de la zona de Chicago, en Estados Unidos, que tenían niveles elevados del antígeno prostático específico u otros factores de riesgo de cáncer de próstata. Previamente, se analizó la deficiencia de vitamina D de cada individuo antes de someterse a una biopsia de próstata. Los autores se sorprendieron al encontrar que la deficiencia de vitamina D parece ser un predictor de diagnóstico de las formas agresivas de cáncer de próstata en los hombres afroamericanos y europeo-americanos, incluso después de ajustar por posibles factores de confusión como la dieta, el hábito de fumar, la obesidad, los antecedentes familiares y la ingesta de calcio. "La deficiencia de vitamina D podría ser un biomarcador de la progresión del tumor de próstata avanzado, en grandes segmentos de la población general”, señala el autor principal del estudio Adam B. Murphy, profesor asistente de Urología en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern. El estudio, además, mostraba que los hombres que presentaban una deficiencia severa de vitamina D, tenían mayores probabilidades de tumores en estado avanzado dentro o fuera de la próstata. “Desafortunadamente, el cáncer de próstata impacta en una gran parte de la población masculina. En Argentina, durante 2012, este tipo de cáncer reportó un promedio anual de 11.202 pacientes”[1], dice Héctor Cori, director de Promoción Nutricional de DSM Nutritional Products de América Latina. La deficiencia de vitamina D es asintomática, a menos que sea severa. Por ello, los autores resaltan la importancia de evaluar cada cierto tiempo los niveles de vitamina D en los hombres y en caso de que exista una deficiencia, no dudar en tratarla a tiempo. Para prevenir este tipo de cuadros, se recomienda incorporar a la dieta diaria alimentos que aporten vitamina D, como por ejemplo, salmón, sardinas, aceite de hígado de bacalao, margarina, huevos, leche y cereales. Asimismo, es importante aumentar el consumo de alimentos con bajo contenido de grasas o ricos en fibras, así como también comidas con ácidos grasos omega-3.