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Buenos Aires

A través de 84 grupos de autoayuda coordinados por personas que superaron sus propios problemas de adicción, la provincia de Buenos Aires brinda contención a 2.420 pacientes con consumo problemático de drogas.

La Subsecretaría de Atención a las Adicciones, dependiente del Ministerio de Salud, implementó los Grupos de Autoayuda Bonaerense en Adicciones (GABA), para los cuales capacitó a personas que tuvieron la experiencia del consumo y que se recuperaron.

Esos operadores coordinan grupos que funcionan en barrios, parroquias, centros de fomento y clubes, en los que se lleva adelante un trabajo terapéutico.

El subsecretario de Salud Mental y Atención a las Adicciones, Carlos Sanguinetti, explicó a Télam que la provincia cuenta con 55 servicios de salud mental y adicciones y 7 comunidades terapéuticas con 196 camas de internación.

El funcionario destacó, además, que "existe una red de servicios de salud pública especializada en adicciones conformada por 194 centros de prevención y atención a las adicciones (CPA)".

Recordó que en 2013, en los CPA -donde se desempeñan equipos conformados por trabajadores sociales, operadores sociocomunitarios, psicopedagogos y psicólogos- "se atendieron unas 47 mil personas".

Sanguinetti señaló que con la implementación de los GABA "rompimos el concepto de los equipos atendiendo en el CPA como único lugar e ideamos nuevos dispositivos de atención que salen al barrio y facilitan el acceso al tratamiento".

"Si bien veníamos trabajando con operadores y promotores en los barrios, teníamos que profundizar el trabajo en territorio para mejorar la convocatoria, la prevención y la asistencia, sobre todo en contextos de vulnerabilidad", señaló.

Por eso, detalló que decidieron conformar grupos con personas que, habiendo atravesado por una situación problemática de consumo y que teniendo el deseo y la capacitación necesaria, ayudan a otros.

Sanguinetti sostuvo que "lo que se busca es tratar las adicciones en contextos amigables y cercanos a los jóvenes con esta problemática, que logren referenciarse como espacios de contención y de fácil acceso para quienes los necesitan".

Esos pacientes recuperados transmiten su experiencia, brindan apoyo y orientación a los nuevos consultantes en la calle, lo que constituye, según Sanguinetti "un compartir genuino, a través del cual se logra el asomo de una red par a par como forma humana y solidaria que se refleja en el tratamiento".

"Los equipos GABA se acercan a los jóvenes con un leguaje directo, favoreciendo una comunicación entre pares, para conformar estructuras grupales que permitan establecer vínculos y alojar simbólicamente a las personas" manifestó, y añadió que "a partir de ello se logra construir e instaurar las condiciones necesarias para invitar a las personas a pensar".

Gustavo Puente, coordinador provincial de los GABA, explicó a Télam que en cada grupo hay "alrededor de 50 personas" que se reúnen durante dos horas.

"Cualquiera que se acerca tiene que sentirse parte del grupo. No hacemos admisión. A la persona se la invita a acercarse y más adelante se va haciendo la historia clínica, ya que lo que importa es que se quede", detalló.

Según el coordinador, "las personas que llegan a estos grupos son las que ya fracasaron en otros tratamientos, las que tienen los menores recursos para salir adelante, las que llegan sin acompañantes, las que suelen estar solas y se recuperan a partir del grupo".

Puente expresó que "hay un programa de recuperación que funciona dentro de cada grupo", y resaltó que "la ventaja que tenemos es que al estar dentro de un sistema profesional, cuando vemos que un paciente tiene una dificultad mayor que amerita una internación o un centro de día, contamos con los CPA y los acompañamos allí".

El coordinador dijo que en los GABA realizan "otras actividades como partidos de fútbol, arte, pintura y talleres".
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